A finales del mes de mayo, Adolfo Urso, ministro italiano de Empresas y “Made in Italy” se congratulaba al anunciar que La Perla se salvaría de su desaparición gracias a una operación de compraventa que permitiría a la histórica casa lencera italiana la continuidad de su negocio, y afirmando que a mediados de junio se comunicaría la identidad del comprador, y propietario, que a la postre ha resultado ser el empresario norteamericano Peter Kern, ex consejero delegado de la agencia de viajes Expedia, con una inversión cercana a los 25 millones de euros, según medios económicos italianos.

Se cierra pues, un largo y tortuoso proceso que llevó el pasado año a la firma a declararse insolvente, y se abre uno nuevo que, según fuentes del sector apuntan a que, gracias a esta operación, se podrán mantener los empleos de los más de 200 trabajadores de la firma poniendo en marcha un nuevo plan industrial que incluye la reactivación de la actividad productiva y la conservación de su mítica fábrica de Bolonia. Además, según medios italianos, Pablo Vannuchi, quien fuera consejero delegado de La Perla entre 2017 y 2019, volverá a ostentar el mismo cargo con el objetivo de relanzar la marca en el mercado internacional.

Los problemas se mantienen en España
A pesar de la noticia de esta operación corporativa que salvaguarda el futuro en el corto plazo de la firma lencera, esta operación no tiene su reflejo en España, donde las filiales españolas de la empresa de moda íntima de lujo, La Perla Fashion España y La Perla Store España, según informa Modaes, han solicitado entrar en concurso de acreedores, lo que conllevaría, con el tiempo, el cierre de los dos establecimientos que mantiene La Perla en nuestro país, un flagship store en Barcelona y un córner en El Corte Inglés de Castellana, en Madrid.