Nuria, ¡Enhorabuena! ¿Qué supone este galardón después de tantos años adscrita al programa Gran Canaria Moda Cálida? ¿Crees que será un impulso para las ventas?
Pues muy contenta y agradecida, la verdad. Es muy gratificante recibir un galardón así tras de tantos años de oficio. Y sí, claro, espero, y confío, que así sea.

©GCSW by ModaCálida
Además, este premio te ofrece la posibilidad de exponer fuera de España, si bien tu ya estuviste en una misión comercial en Berlín junto a otros diseñadores isleños….
Estuvimos con motivo de edición de “Experience Gran Canaria”, un evento que aúna turismo, moda y gastronomía en la Berlin Fashion Week. Allí pudimos asistir al acto inaugural, a eventos, a varios desfiles… además, cada diseñador invitado (6 de Gran Canaria y 6 alemanes) donde pudimos mostrar parte de nuestro trabajo ante el numeroso público. Una experiencia muy positiva, a todos los niveles.
¿Qué expectativas tienes en Maredamare?
Ilusionada y agradecida por esta oportunidad de mostrar mi trabajo allí, en una ciudad maravillosa como Florencia. Espero, surjan oportunidades comerciales.
Hablar de sostenibilidad es hablar de un concepto que, en el fondo, sigue siendo un poco etéreo y que incluye muchos matices. ¿Cuál es tu visión sobre la sostenibilidad en la moda?
Totalmente. Es un concepto complejo donde confluyen numerosos factores medioambientales y sociales. La industria textil es una de las más contaminantes en todas sus etapas: obtención de materia prima, fabricación, gestión de residuos, distribución y desecho de la prenda sin ningún tipo de reciclado o reutilización. El sistema actual de producción y consumo de moda es realmente insostenible.



La sostenibilidad en la moda y en cualquier otro sector pasa por mejorar los procesos productivos utilizando materiales con menor impacto medioambiental, reducir el consumo y establecer unas condiciones laborales justas. Esto implica un cambio social y estructural profundo que choca frontalmente con el sistema de consumo actual.
Se están dando pasos en esta dirección, por ejemplo, una empresa española que está reciclando sabanas de hotel desechadas en mal estado para fabricar un hilo resistente con el que confeccionan camisetas y sudaderas. También está creciendo el número de tiendas de ropa de segunda mano donde se le da una segunda vida a las prendas.
¿Y tú apuesta en esta materia en qué se traduce?
En mi tienda-taller trabajamos de forma artesanal, mimando todos los procesos de elaboración. Utilizamos lycra fabricada con hilo de poliéster reciclado certificado por el GRS y OEKO-TEX. Las estampaciones se realizan con tintas base de agua que son más respetuosas con el medio ambiente. Utilizamos la técnica “zero waist” para reducir al máximo el desecho de tejido utilizando los restos generados para decorar otras prendas o elaborar el packaging de las mismas. Hemos impartido cursos de formación sobre reciclaje textil para transformar y reutilizar prendas antiguas…Además, ofrezco un servicio personalizado de diseño y confección a medida adaptada a las necesidades de cada clienta, lo que supone un enfoque slow fashion…


¿Crees que, con la actual situación económica, el consumidor está dispuesto a pagar más por cumplir prendas sostenibles?
Creo que sí, que hay gente concienciada y dispuesta, aunque el cambio de hábitos de consumo es lento y complejo. Hay que tener en cuenta también la situación de cada uno, pues hay quien no se lo puede permitir.
¿En qué sentido os limita vuestra situación geográfica o régimen fiscal como marca de moda?
Es cierto que disponemos de un régimen económico y fiscal que la diferencia del resto de España y Europa, con lo cual cualquier cualquier envío o recibo de paquetes se considera exportación, suponiendo sobrecostes, retrasos y burocracias que dificultan las ventas en el exterior y online.
¿Qué proyectos tienes en mente?
Mantener la marca ya es un reto en sí. Actualmente estamos trabajando sobre líneas de activewear, en concreto desarrollamos colecciones para la práctica del bikram yoga.



Háblanos de la colección venidera, “Antropokini”.
Me interesa mucho la antropología, en concreto la cultura aborigen precolonial canaria. De ahí el nombre de la colección. Los antiguos habitantes del archipiélago procedían del norte de África, los amazigh. He utilizado algunos elementos como el alfabeto de símbolos Tifinagh, motivos grabados en las rocas, elementos vegetales que utilizaban, como la corteza del pino hojas de palmera o cañas para realizar la estampación fotográfica de los tejidos. En cuanto a los colores predominan los rojizos anaranjados y tierra. Los complementos (bolsos, sombreros y pendientes) han sido elaborados artesanalmente con fibras vegetales.
Si cierras los ojos, ¿dónde ves la marca en cinco años?
Tras 40 años de trayectoria en un mercado tan complejo y competitivo, considero que llegar hasta aquí es todo un éxito. Y espero que así siga.