Considerada como una de las ciudades más bonitas y atractivas de España por muchos, hablar de San Sebastián, Donostia en euskera y Donosti coloquialmente, es hablar del mar, de gastronomía de primer nivel y de una belleza urbana que cautiva a miles de visitantes, tanto nacionales como internacionales, que cada año llegan a la ciudad impulsados por estos y otros muchos más atractivos turísticos.
Las playas de La Concha, La Zurriola y Ondarreta, los montes Urgull o Igueldo, el Peine del Viento de Chillida, el Palacio de Miramar, el puerto pesquero, la Parte Vieja con su ambiente de pintxos, el Auditorio Kursaal proyectado por Rafael Moneo (Premio Pritzker de arquitectura en 1996) o su Festival Internacional de Cine son solo algunos de estos atractivos que, junto a una oferta gastronómica de récord (la ciudad concentra el mayor número de estrellas Michelín por metro cuadrado el mundo) convierten a esta ciudad en una postal perfecta que combina tradición y modernidad, cultura y comercio y un gran dinamismo que se respira en cada rincón de sus calles.

Los barrios del centro de la capital guipuzcoana son un buen ejemplo de toda esta combinación. Con sus elegantes edificios, sus comercios de toda la vida y su animada vida diaria, el corazón de la ciudad es el contexto ideal para negocios que apuestan por la calidad, el trato cercano y la especialización, como es el caso de Susperregi Berria, un coqueto establecimiento lencero que, gracias a un mix que combina experiencia, dedicación, selecta oferta y firme compromiso con la atención personalizada, ha sabido ganarse el corazón de su clientela.
Casi tres décadas en el sector
Aunque Susperregi Berria abrió sus puertas como tal en 2018, su trayectoria es mucho más amplia. Detrás de este comercio especializado están Natalia y Eli, dos profesionales con más de 28 años de experiencia en el sector, que decidieron dar un paso al frente y crear su propio proyecto tras años de dedicarse al asesoramiento y la atención personalizada en un histórico establecimiento donostiarra dedicado a la moda íntima. «Los comienzos siempre son difíciles«, reconocen, «pero la fidelidad de nuestras clientas nos ha permitido seguir adelante y crecer. Estamos muy agradecidas«. Y es que la fidelidad no se compra: se construye día a día, con dedicación, honestidad y la firme voluntad de ofrecer siempre lo mejor.

Así, el enfoque es claro: un negocio especializado, pensado para una clientela exigente, mayoritariamente mujeres a partir de los 35 años, con un nivel socioeconómico medio-alto, que buscan en sus prendas no solo estética, sino también calidad, comodidad y sujeción, algo que no siempre se encuentra en las grandes cadenas de moda.
Oferta de primer nivel
Lejos de dejarse llevar por las modas efímeras o las tendencias pasajeras, en Susperregi Berria han apostado desde el primer día por marcas de prestigio, seleccionadas por su calidad, su diseño y su fiabilidad en el probador. Entre las firmas que lideran sus ventas se encuentran nombres como Chantelle, Simone Pérèle o PrimaDonna, auténticos referentes internacionales en el mundo de la corsetería, que garantizan confort y elegancia a partes iguales.

Para la temporada de baño, la tienda trabaja con primeras marcas como Lidea, Basmar o PrimaDonna, entre otras, mientras que, en lo referente a vestidos y complementos de playa, apuestan por firmas como Vania, Selmark o Barandi. Los pijamas, un básico que nunca falta en sus estantes, de JJ Brothers, Linclalor, Barandi o Vania, completando así una oferta pensada para quienes valoran el descanso y el bienestar sin renunciar al estilo.
Aunque el negocio se centra en la moda íntima femenina, Susperregi Berria ha incorporado complementos muy sutiles y bien seleccionados según la temporada. En verano, los sombreros y capazos de playa decoran los escaparates y aportan un toque distintivo; en invierno, las zapatillas de casa se convierten en un detalle perfecto, tanto para uso personal como para regalo. «No es nuestro eje principal, pero estos pequeños complementos gustan mucho y completan la experiencia de compra«, explican.

Comercio de proximidad como valor diferencial
Uno de los grandes retos del comercio especializado hoy en día es afrontar el impacto del alza de precios: los costes de producción, transporte e inflación afectan a toda la cadena, y en productos que no son de primera necesidad, como la moda íntima, encontrar el equilibrio es fundamental. Sin embargo, Eli y Natalia están convencidas de que el valor añadido de su tienda es precisamente lo que las diferencia de otros canales. «El cliente que entra por la puerta busca algo más que un producto: busca atención personalizada, calidad, experiencia y exclusividad. Esos son los puntos clave para seguir atrayendo a la clientela«, afirman con rotundidad.
Este enfoque se extiende también a su relación con las marcas. Si bien hay firmas que se involucran más que otras, aquellas que ofrecen promociones, apoyo en escaparates o formaciones para el personal marcan la diferencia. «Muchas veces no son conscientes de que pequeños gestos potencian mucho nuestras boutiques«, subrayan.

Competencia y sostenibilidad
Respecto a la competencia que suponen las grandes cadenas comerciales, Natalia y Eli lo tienen claro: su público sabe lo que busca y, una vez que prueba la calidad y sujeción de los productos que ellas ofrecen, difícilmente vuelve atrás. «El cliente juvenil que viene a la tienda lo hace porque busca sujeción, tallaje y calidad, no tanto seguir modas pasajeras«, explican, mientras reconocen que, en materia sostenibilidad, una tendencia al alza en lo político y social su clientela actual prioriza la calidad sobre cualquier otro factor. «La sostenibilidad no es un criterio de compra para nuestras clientas. Lo que buscan es calidad, y eso no lo podemos cambiar«, afirman, mostrando una visión pragmática que responde a la realidad del sector y las necesidades concretas de su público.
Cercanía real y visión positiva del futuro
En un momento en el que las redes sociales y el comercio online parecen imprescindibles para cualquier negocio, Susperregi Berria representa una excepción que confirma la regla. No disponen de tienda online y utilizan las redes sociales únicamente como un escaparate más, porque creen en la importancia de atravesar la pantalla y conectar de verdad con la clientela. «Nos gusta la cercanía real, esa que se construye cara a cara«, sostienen. Sin embargo, no son ajenas a las campañas comerciales que marcan el calendario, y se suman desde hace años a iniciativas como el Black Friday o promociones similares, conscientes de que son una buena oportunidad para atraer nuevas clientas o incentivar las compras de las más fieles.

En cuanto al apoyo institucional, reconocen que nunca es suficiente y que el pequeño comercio aporta mucho más de lo que recibe, tanto en términos económicos como sociales. A pesar de ello, su visión del futuro es optimista. «El comercio detallista, especializado y de cercanía seguirá teniendo su lugar siempre que se apueste por la calidad, la atención personalizada y la experiencia«, concluyen. Y Susperregi Berria es un claro ejemplo de que, en un mundo cambiante, los negocios que combinan tradición, conocimiento y cercanía siguen teniendo mucho que decir. ¡Esperemos!