Pasaban cinco minutos de las 16:00 horas insulares cuando, bajo silencio sepulcral y luz tenue, daba comienzo el primero de los diez desfiles de la primera jornada de la Gran Canaria Swimweek by Moda Cálida, que durante tres días convertirá el sur de la isla en el epicentro de la moda baño global y que este año celebra su 27ª edición, la más internacional.
Sobre la pasarela, y a ritmo de house melódico, la italiana Pin Up Stars, era la encargada de abrir la jornada del jueves, con una colección de alma étnica, pero también ética y que está pensada para abordar el comportamiento humano. Estampados poderosos en tonos fuertes, terrosos y pasionales a la vez, mezclados con iridiscentes y metalizados, ricos tejidos sostenibles como el algodón indio y cortes fluidos son parte del ideario creativo que Jerry Tommolino, director creativo de la firma, aplica con buena mano sobre esta colección venidera y con la que debutó en la pasarela grancanaria.



Le siguió la británica Alexandra Miro que presentó una colección resortwear cautivadora, utltrafemenina y de elegancia chic, santo y señas de la firma, que fusiona con maestría estampados de diversos orígenes e intensidades con colores sosegados, siempre con el objetivo de empoderar a la mujer y dotarla de sofisticación. A la que pasa el día la noche se alarga y los tonos se atenúan para brillar sin excesos, pero destacando. Así es el verano que muchos soñamos, en el que los días nunca acaban y por ello, hay que estar preparados.



A continuación, desfile doble a cargo de Pomeline y Pain de Sucre, otra de las debutantes en la presente edición. Por parte de la firma local, la diseñadora Ana Rodríguez volvía a la pasarela grancanaria tras dos años de ausencia, y lo hizo con la colección “Tramonto in Capri”, de líneas de aires vintage modernizadas y presentadas en forma de prendas con tejidos texturizados, superpuestos algunos, transparencias, haciendo alusión a esos destellos de luz en el cielo presentes en cada atardecer estival y brillos que simulan colas de sirenas.



En cuanto a la casa francesa Pain de Sucre, fusión de estilos que transitan entre lo gipsy y lo elegante, entre lo bohemio y lo conceptual, traducido todo ello en una propuesta vitalista de líneas puras y depuradas, en la que el color en bloque y los estampados se combinan de forma magistral con un resultado siempre ganador y a los que se suman múltiples detalles y adornos. Una línea definida por la vestibilidad, la facilidad de uso y la versatilidad de tendencia effortless.



Llegó la hora de Dolores Cortés, un clásico entre los clásicos de la moda baño española. Su propuesta, inspirada en misteriosos paisajes bañados por el sol, combina en todo tipo de prendas estampados, un básico de la marca castellonense, y bloques de color, ahora reversionados en clave moderna mediante tratamientos digitales. Así, los colores, casi neones, se intensifican y se vuelven optimistas, imaginativos y estimulantes inspirando un mundo interesado en la tecnología uy en la búsqueda del placer.



Por su parte, la firma Diazar Atelier presentó una colección, unisex, que se inspira en el espíritu boho-chic para huir de las convenciones sociales y en la que se pone en el foco la artesanía palmera, en clara alusión a sus raíces, vitales, y creativas. Con un estilo desenfadado y alternativo que proclama libertad, las prendas de aires relajados pero plenas de intenciones y personalidad se tiñen de tonos naturales para declarar su querencia por la madre naturaleza y se enfatizan en base a brillos, detalles como flecos o tejidos como el croché que toman fuerza elevando la propuesta fashionista a su máximo esplendor.



La tarde avanzaba y sobre el escenario de Expomeloneras llegaba el turno de Gottex, otro clásico rejuvenecido gracias al talento creativo de la joven Keren Gasner Ziv y que presentaba una colección de tres líneas jóvenes y contemporáneas: Luma, inspirada en el lifestyle resortwear, Au Naturel, de cortes sexys, ultrafemeninos y limpios con aspecto, y efecto, segunda piel y Flirtt, inspirada en un estilo de vida elegante y vigorizado en base a las últimas tendencias en moda baño.



En este mundo de felicidad mundana que es el verano, la siguiente invitada a la fiesta grancanaria fue la marca malagueña Gisela, que, para la ocasión, centró su colección en el espíritu más exótico y cautivador de Marruecos y que gracias a estampados vibrantes y tejidos fluidos representa de forma gráfica la pasión por los viajes y el encanto bohemio.



En el último bloque de desfiles del día, ya noche en el sur de la isla canaria, otro doblete formado por Miss Bikini y Nuria González. Extraña pareja de baile si no fuese porque ambas le ponen la misma pasión a sus creaciones. Una, la italiana, que destaca por la excelencia y el lujo que rezuman sus creaciones, siempre coloridas, vitalistas y ambiciosas y que, en la presente colección, venidera para los mortales, destaca por su acento tribal impreso gracias a técnicas diversas y que toma forma en base a una gama cromática que pasa de lo terroso al degradado pasando por los destellos más lumínicos.



Por su parte, Nuria González, encargada de cerrar la primera jornada de desfiles, tiró de emotividad con su colección dedicada a la playa de Las Canteras, vertebradora de la vida de la capital insular y reflejo de la luz, el sol, la arena, la amistad, la alegría, la diversión, los primeros amores. Y lo hizo a través de estampados de reminiscencias setenteras, reflejo del turismo primigenio, y nórdico, de la isla, para pasar a una visión colorista y casi psicodélica de la misma, otra más clásicas y naif de motivos marineros y una línea final con, otra vez, estampados fotográficos, esta vez en blanco y negro y que recuerdan a la niñez de los canarios. Una colección ecléctica y variada que no dejó a nadie indiferente y que cerró una intensa jornada de moda beachwear en letras mayúsculas.



Mira aquí el resumen de la primera jornada de desfiles: